el día 7 de
febrero, fuimos a Carmelitas en Albacete. Es un convento de monjas de clausura.
Nos parecieron unas personas muy buenas, muy humanas, muy dulces y
encantadoras. Nos contaron sus experiencias personales de porque se hicieron
monjas; les hacíamos preguntas y ellas muy amablemente respondían. Fueron muy
interesantes sus argumentos y respuestas. Llamó especialmente la atención la
historia de María, la monja más jovencita.
Después fuimos
a Imaginalia y también, lo pasamos muy bien; fue una tarde inolvidable. “Como
siempre volvimos cantando en el bus y así, no nos aburrimos”.
Nos
encantan estos viajes y tenemos la esperanza de ir algún día a Roma.