Durante la semana pasada un grupo de 25 alumnos visitaron Búbal, un pueblo abandonado del Pirineo oscense para participar en el programa de pueblos abandonados. Durante estos días han podido compartir su estancia con un centro educativo de Monforte del Cid (Alicante) y han realizado actividades muy diversas como hacer pan, cremas, labores de agricultura, la tan ansiada limpieza de la depuradora, reconstrucción de un muro, carpintería, senderismo, observación de aves, cerámica, etc.
Además, nuestro proyecto versaba sobre el cuento tradicional, tanto del Pirineo como de La Mancha. Por otro lado, nuestros alumnos han creado diversos cuentos de elaboración propia siendo muchos de ellos de una calidad espectacular. Su creatividad, su esfuerzo y dedicación es de agradecer públicamente porque, a pesar de que en la sociedad, la actidud y valores de los jóvenes se encuentra en entredicho, nosotros nos podemos sentir muy, pero que muy orgullosos de los alumnos que tenemos en nuestro centro. Chicos y chicas, esperamos que sigáis creciendo y madurando como hasta ahora lo habéis hecho.
Muchas gracias por todo.
Uno de los cuentos es el siguiente:
EL FUTURO SIN PRESENTE NI PASADO
Érase, en nuestro mundo, tres reyes, el Señor Pasado, el Señor Presente y el Señor Futuro.
El pasado controlaba la melancolía, los recuerdos, las tradiciones y la cultura y tenía a soldados a su disposición con el mejor entrenamiento y con una fuerza sobrehumana debido a su entrenamiento.
El Presente controlaba guerreros superresistentes, los más aptos, los más veloces y los más pasionales, el presente controlaba lo irracional, lo pasional y lo breve.
Sin embargo, el Futuro, dominante de lo racional, los planes, lo pensado, amo del conocimiento, que tenía en su control a personas que sabían todas y cada una de las fuerzas y debilidades de los humanos y de los reyes, veía como la humanidad sucumbía a la corrosión de las tradiciones, tomaba decisiones sin pensárselo dos veces y se arrepentían la mayoría de las veces, así que decidió declararle la guerra al Pasado y al Presente. Sus soldados, imbatibles, acabaron con los caballeros del pasado sin luchar, tan solo imitando sus tradiciones y costumbres y arruinándoles desde dentro, haciendo que unos se maten a otros por estupideces ocurridas hace tiempo. Acabó con el presente manipulando lo irracional y desatando los impulsos más primarios del ser humano, sus soldados que no eran humanos sino marionetas se convirtieron en bestias y ocupó el trono definitivamente como amo de los tiempos y asesinó a Pasado y Presente.
Al asesinar a Pasado, la gente dejó sus tradiciones, su cultura, su melancolía, las buenas y malas cosas y sus recuerdos. Al matar al Presente, los humanos dejaron de ser pasionales, irracionales, dejaron de sobrevivir y disfrutar, dejaron de tomar decisiones precipitadas y así, los humanos se convirtieron en máquinas. Los humanos perdieron su pasión, sus costumbres y su curiosidad, que ahora se convirtieron en apatía y tristeza al darse cuenta de que los esfuerzos del Futuro por hacer felices a los humanos, los convirtieron en infelices. El Rey Supremo tomó su última decisión, sacrificarse a sí mismo y a sus súbditos, salvo uno, para resucitar el poder del pasado y el presente, a cambio de perder su futuro y el futuro de todos, salvó a una persona, esta, creyendo en el futuro, su llama seguiría viva y el pasado y presente combinados devolverían el equilibrio al mundo una vez más, dándole a la humanidad unos años más antes de que el futuro les dominase de nuevo.
de Andrei Sebastian Diaconu
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